Según mi experiencia con el Trabajo Docente durante
este semestre, pude observar que la educación aún no obtiene los resultados que espera;
esto se debe a muchos factores, por ejemplo, la autora María Guadalupe Moreno,
en el documento “Trabajo Docente para la Innovación Educativa” menciona lo
siguiente:
-Cuando
se habla de innovación se hace referencia a la introducción de algo nuevo que
produce mejora, pero se trata de avances en aspectos sustanciales del objeto de
innovación, no de modificaciones superficiales o de simple adopción de
“novedades”, por ello, no cualquier cambio constituye una innovación...-
Retomando el fragmento anterior, se puede hacer
un análisis de las verdaderas innovaciones que se pueden presenciar en la
actualidad en las aulas escolares: el uso de medios digitales, éstas
herramientas hacen referencia a la
introducción de algo nuevo, sin embargo no siempre ni necesariamente
producen una mejora, puesto que en muchas de las ocasiones en lugar de mejorar
o facilitar el proceso de aprendizaje; fungen como distractores o como
materiales innecesarios. De esta manera nos damos cuenta que una innovación no
necesariamente es hacer uso de algo nuevo, como una computadora o un proyector.
Más que tener las herramientas “nuevas”, es trazar el buen proceso para llegar
a lo que se pretende.
En acuerdo con esta autora, en el documento:
“Innovación Educativa y Uso de las Tics”, del autor Jesús
Salinas Ibañez, se cita el siguiente fragmento:
-La innovación provoca cambios
en los sujetos y en el contexto, y por ello, podemos reconocer dos ámbitos
necesariamente interrelacionados para que se produzcan auténticas innovaciones
(Angulo, 1994): el subjetivo y el objetivo. El ámbito subjetivo supone el
cambio de representaciones y teorías implícitas de los actores, desde las
cuales interpretan y adaptan las innovaciones. El ámbito objetivo se refiere a
las prácticas que son objeto de transformación: intencionalidades, contenidos
de enseñanza, estrategias metodológicas, materiales curriculares, enfoques y
prácticas de evaluación…-
A pesar de estas ideologías, claro está que
cuando se usan medios tecnológicos, no se tienen en cuenta las teorías, es
decir, se presentan actividades haciendo uso de medios tecnológicos pero sin
fijar un fin específico, se hace para rellenar
o complementar alguna actividad, y claro está que no se obtienen
resultados, pues no es una innovación.
Es importante comprender que no solamente
innovar por innovar si no que es necesario observar la necesidad en el aula
para poder realizar una investigación que permita
hacer un buen uso de las innovaciones. Para eso es necesario preparar a los
docentes; Ana M' Duarte Hueros,
en el trabajo “Innovación y nuevas
tecnologías:
“Implicaciones para un cambio Educativo”,
narra lo siguiente:
-Este
cambio en el perfil del docente obligatoriamente plantea la necesidad de una
formación del profesorado —tanto inicial como en servicio— adecuada, hoy por
hoy insuficiente…
Al
mismo tiempo, esta formación parece ser menor en los profesores de las zonas
rurales (sin lugar a dudas por las menores posibilidades que tienen para
formarse)…
Desafortunadamente, no es posible afirmar que
nuestros sistemas educativos, se hayan caracterizado por formar para la
innovación; claramente se observa eso en múltiples lugares, no existen las
capacitaciones necesarias y mucho menos se cuenta con el apoyo de los recursos
necesarios, y esto no solamente ocurre en las escuela rurales; también se
vivencia en las escuelas urbanas. Las reformas solicitan y exigen pero no
corresponden como se debe.
A pesar de
que no siempre se cuenta con las capacitaciones pertinentes, en la revista Ibero-Americana
que se titula “Los profesores en Contextos de Investigación e Innovación” a
cargo de los autores, José Gregorio
Rodríguez y Elsa Castañeda Bernal, se menciona lo siguiente:
-Cuando hablamos de maestras y maestros
o de profesoras y profesores que realizan innovación o investigación estamos
refiriéndonos justamente a aquellos que, sin dejar de ejercer su oficio
diariamente en las aulas y en las instituciones escolares de educación inicial,
básica o media, han asumido un papel reflexivo sobre su propia práctica y sobre
la de su institución, y se han comprometido a realizar cambios significativos
para ellos y para sus estudiantes…-
Es importante
reconocer que hay docentes que si asumen este papel reflexivo, sin embargo la
gran mayoría no lo hace, se niegan al simple hecho de tener que dar mas tiempo
del que se exige, pues no hay salario de por medio; el no asumir este
compromiso con la educación no permite que se puedan propiciar cambios
significativos en su proceso de enseñanza y tampoco en sus alumnos.
Así mismo es
importante considerar no solo las formaciones pertinentes para tener clases
innovadoras, hay que considerar las evaluaciones que constituyen parte
importante y complementaria de una buena educación. En el material “Evaluar
Para Conocer, Examinar Para Excluir”, por Juan
Manuel Álvarez Méndez, se expone lo siguiente:
-Es
importante comprender que la evaluación debe ser un ejercicio transparente en todo su recorrido… Evaluar tampoco es clasificar
ni es examinar ni aplicar tests. Paradójicamente, la evaluación tiene que ver
con actividades de calificar, medir, corregir, clasificar, certificar,
examinar, pasar test, pero no se confunde con ellas… Son actividades que
desempeñan un papel funcional e instrumental.-
A pesar de saber lo citado anteriormente nos
podemos dar cuenta de que las evaluaciones no desarrollan la función que
tienen, pues no se hace buen uso de ellas, en la mayoría de las ocasiones se
aplican evaluaciones escritas pero buscando medir la capacidad de memorizar
sobre un tema, olvidando que el alumno es capaz de comprender, de analizar e
incluso de demostrar de otras manera los aprendizajes que ha adquirido, así
mismo se debe de comprender que no todos los aprendizajes pueden ser medidos;
no vale la pena.
No se pueden hacer cambios reales en la
educación si los docentes y las instituciones no trabajan en conjunto, pues los
intereses son los mismos, así como los recursos también lo deben de ser, para
encontrar verdaderos cambios, es necesario que todos los actores escolares nos
comprometamos y asumamos la responsabilidad.